Introducción a la filosofía 2024
REPARTIDO 1 INTODUCCION A LA
FILOSOFIA
Origen del término “filosofía”
Lamentablemente, en las materias liceales nos hemos habituado a
encontrar únicamente conocimientos que aprender (muchas veces de memoria),
porque “personas entendidas” afirman que esos conocimientos son verdaderos y
necesarios. Pero la filosofía no es una materia destinada
exclusivamente a la acumulación de conocimientos. En filosofía sin
duda que es necesario retener algunas ideas y teorías, pero de ninguna manera
se obliga a los estudiantes a seguir una u otra teoría como “la verdadera”.
Si esperas de la filosofía un conjunto de ideas precisas y seguras, tu
decepción será completa. No hay en filosofía “verdades” del mismo
estilo que un teorema matemático o que una ley física. Cada filósofo
tiene su propio modo de ver y de expresar el mundo. La etimología
del nombre de la materia confirma esta interpretación. La palabra
“filosofía” está compuesta por dos términos del griego antiguo: “filo”, que
significa aspiración, simpatía, amor; y “sofía”, que significa
sabiduría. Se admite así que el término puede interpretarse como
“amor a la sabiduría”.
“Filosofía” se traduce a veces como “amor al saber” en vez de “amor a la
sabiduría”. Sucede que los griegos, inventores del vocablo,
distinguían con frecuencia entre “el saber”, en tanto que conocimiento teórico,
y “la sabiduría”, en tanto que conocimiento a la vez teórico y práctico, propio
del llamado “sabio”. En el primer caso, la filosofía es una
teoría; en el segundo caso, la filosofía es un modo de vida. En
realidad, ambas dimensiones son inseparables: sin vida no hay teoría, y sin
teoría no hay modo de vida.
Etimológicamente, el término “saber” deriva del latín “sapere”, que
significa “ejercer el sentido del gusto”. Se cree que el primero en
recibir el calificativo de “sabio” debió ser el más anciano de las tribus, por
su condición de experto en distinguir sabores y, por tanto, capaz de separar el
alimento nutritivo y sabroso del que no lo es. Saborear o degustar
se diferencia de tragar. Cuando tras la preparación de un escrito o
examen decimos: “me tragué todo”, generalmente queremos expresar que hemos
realizado una memorización mecánica, sin tiempo ni interés para entender qué es
eso que leímos. En cambio, cuando algo nos interesa nos damos tiempo
para poder saber de qué se trata. La filosofía implica esta posición
de detenerse en las cosas en lugar de pasarlas rápidamente.
Como se ve, la filosofía no es la sabiduría misma, sino solamente el
deseo, la investigación, el amor a la sabiduría. Quien ama desea
alguna cosa, y esto significa que no posee esa cosa o que no está seguro de
poseerla, ya que nadie desea aquello que ya tiene. Amor es, en este
contexto, sinónimo de deseo. El deseo es un movimiento en el que lo
deseado está presente en quien lo desea bajo la forma de la
ausencia. El deseo reúne, pues, ausencia y presencia; es el impulso
que los mantiene juntos.
Por lo tanto, en la raíz etimológica de la palabra “filosofía” está
encerrada la cuestión de la actitud filosófica: la sabiduría que busca el
filósofo se diferencia de cualquier conjunto de conocimientos de los cuales
tengamos certeza. La búsqueda de la sabiduría se diferencia de un
estado de posesión de la verdad que, como es obvio, terminaría con la búsqueda
y la aspiración. La actitud del filósofo es, pues, de apertura, ya
que se desarrolla como camino de búsqueda. Se trata de una actitud
que recoge la insatisfacción del hombre, a la vez que su anhelo de alcanzar
metas. Para el caso, la meta es la sabiduría.
Hacer filosofía es ponerse en camino; las preguntas en esta materia son
más esenciales que las respuestas mismas, y cada respuesta se convierte en una
nueva pregunta. Hay en la búsqueda filosófica un humilde
escepticismo, que se opone al dogmatismo arrogante. Si el hombre
toma las respuestas a sus interrogantes como definitivas e inapelables, incurre
en lo que se denomina actitud dogmática. El dogmatismo es una
postura antifilosófica por excelencia, pues si supongo que estoy en posesión de
la verdad se vuelve inútil toda indagación. Sin embargo, es
necesario reconocer que el dogmatismo no es extraño a la historia de la filosofía. Muchos
filósofos acabaron imponiendo su “verdad” a otros.
Al dogmatismo se contrapone el escepticismo, que implica “escarbar” las
verdades, hacerse preguntas de las cosas, cuestionar lo que para los otros es
incuestionable. Esta actitud puede derivar en un escepticismo
radical, que es cuando alguien se limita a marcar la imposibilidad de alcanzar
un conocimiento verdadero acerca de cualquier cosa, proponiendo el eterno
mantenimiento de la duda. Esta modalidad del escepticismo también es
negadora de la filosofía, ya que la concibe como una actividad inútil.
Hay sin embargo un escepticismo que es inseparable de la filosofía: el
trabajo de reflexión, de retorno sobre sí mismo, que pone en duda los
conocimientos que poseemos. Un filósofo hace uso de la duda como un
método orientado a destruir su concepción del mundo frente a un nuevo
acontecimiento, relacionando la novedad con sus experiencias para reconstruir
con mayor riqueza su visión del mundo. Debido a este escepticismo
metódico, la seguridad y la comodidad intelectual no son compañeras de la
filosofía, que es corrosiva y vive en conflicto consigo misma. La
humildad filosófica consiste en decir que la verdad no nos pertenece más que a
otros. Así, la filosofía no es ni una actividad que conduzca a la
posesión de un saber absoluto, ni a las dudas inquebrantables.
Gaarder; preguntas, filosofar
A continuación, se presenta un texto de la novela El mundo de Sofía del
autor Jostein Gaarder:
“Muchas personas tienen distintos hobbies. Unas coleccionan monedas
antiguas o sellos, a otras les gustan las labores, y otras emplean la mayor
parte de su tiempo libre en la práctica de algún deporte.
A muchas les gusta también la lectura. Pero lo que leemos es muy
variado. Unos leen solo periódicos o comics, algunos les gustan las novelas, y
otros prefieren libros sobres distintos temas, tal como la astronomía la fauna
o los inventos tecnológicos.
Aunque a mí me interesen los caballos o las piedras preciosas, no puedo
exigir que todos los demás tengan los mismos intereses que yo. Si sigo con gran
interés todas las emisiones deportivas de televisión, tengo que tolerar que
otros opinen que el deporte es aburrido ¿Hay, no obstante, algo que debería
interesar a todo el mundo? ¿existe algo que concierna a todos los seres
humanos, independientemente de quienes sean o de e que parte del mundo vivan?
Si, querida Sofía, hay algunas cuestiones que deben interesar a todo el mundo.
Sobre esas cuestiones trata este curso.
Si preguntamos a una persona que se encuentra en el límite del hambre,
la respuesta será comida. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene
frio, la respuesta será calor. Y si preguntamos a una persona que se siente
sola, la respuesta será estar con otras personas. Pero con todas las
necesidades cubiertas, ¿Hay todavía algo que todo el mundo necesite? Los
filósofos opinan que sí. Opinan que el ser humano no vive solo de pan. Es
evidente que todo el mundo necesita comer. Todo el mundo necesita también amor
y cuidados. Pero aún hay algo más que todo el mundo necesita. Necesitamos
encontrar una respuesta a quien somos y por qué vivimos.
Interesarse por el cómo vivimos no es, por lo tanto, un interés tan
fortuito o tan casual como, por ejemplo, coleccionar sellos. Quien se interesa
por cuestiones de este tipo está preocupado por algo que ha interesado a los
seres humanos desde que viven en este planeta. El cómo ha nacido el universo,
el planeta y la vida aquí, son preguntas, más grandes y más importantes que
quien gano más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos.”
Actividad:
1- ¿Qué características tiene las preguntas de tipo filosófico?
2-Escribe a modo de ejemplo interrogantes que consideres que sean
filosóficas
3- ¿Piensas que esas preguntas tienen respuesta última y definitiva?
4- Lee el siguiente poema del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht y
reflexiona sobre su contenido, ¿sirve para algo pensar, cuestionarse, en
definitiva, sirve para algo la filosofía?
General, tu tanque es más fuerte que un coche.
Arrasa un bosque y aplasta a cien hombres.
Pero tiene un defecto:
necesita un conductor.
General, tu bombardero es poderoso.
Vuela más rápido que la tormenta y carga más que un elefante.
Pero tiene un defecto:
necesita un piloto.
General, el hombre es muy útil.
Puede volar y puede matar.
Pero tiene un defecto:
puede pensar.
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